jueves, 23 de abril de 2009

EL DÍA DE LA VIDA

Hoy no es el día del libro.
Mis queridas lectoras y amigos lectores pensarán que me he confundido al echar un vistazo en el calendario, esa arma de tortura que nos obliga a vivir encarcelados, sometidos al tiempo, dependientes de algo tan relativo, más que del momento. Nadie hasta ahora se ha atrevido a definir cuanto dura el momento, y de ahí su magia. Y es que hoy se conmemoran muchos aniversarios, además del día de mi patrón, por lo que hay que hacer un homenaje no al libro, sino a la vitalidad que ha traído a nuestras vidas. Hemos conseguido sentir lo que experimentaba Hernando Colón cuando su padre, el Almirante, luchaba contra las tormentas, vivir en mil y un países, incluso dejarnos llevar por la fantasía e imaginación de remotas tierras, descubrir los más profundos sentimientos de un poeta a su amada, intrigarnos y hermanarnos con cada personaje, acompañar al hombre a lo largo de su historia.
Si me pidieran que defina el día internacional del mundo, tan solo necesitaría una palabra: vida.
Y es que ahí están los libros, que aunque se vendan en librerías, su precio es insignificante, algo meramente externo, porque en ellos se plasma la generosidad de los autores por compartir sus ideas, creaciones y demás inquietudes. Lo dicho siempre por el que en estos momentos escribe: los sentimientos no se compran, son algo que se da, por afecto, cariño, generosidad, pero no por bienes materiales, y quien crea que sí puede cambiar su alma por lo material, vende cosas falsas.
Hoy en día todos estamos llamados a ser autores, y más con las nuevas tecnologías, que nos ofrecen la posibilidad de hacer llegar al mundo nuestros pensamientos mediante páginas de Internet o blogs.
Escribir es algo realmente satisfactorio. Leer es algo que intensifica tu vida.

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