martes, 15 de septiembre de 2009

ALBACETE VIVO


Tradición, espíritu, diálogo, alegría: todas ellas son algunas de las palabras que podrían definir la Feria, mejor dicho, nuestra Feria. Albacete, durante algo más de diez días, se convierte en un punto de encuentro, un lugar de fiesta, porque de nuevo volvemos a compartir lo mejor de cada uno. Ilusión por todas partes, pero quizás mayor en los más pequeños de la casa, siempre ávidos de conocer cosas nuevas, expectantes ante lo desconocido de toda la vida. Y es que la Feria conserva muchas cosas año tras año, quizá elementos que crean esa magia, pero también nos tiene reservada una sorpresa: el 18 de septiembre de cada año empieza la feliz labor de imaginar, crear, descubrir, todo ello para que la feria que en 364 días volverá a sorprender a los albaceteños sea la fiesta de todos y cada uno.
Quizá este 18 sea mucho más importante, ya que en ese día, juntándose con la tristeza de acabar la Feria 2009, comenzará la cuenta atrás del III Centenario de nuestra gran celebración. Fue hace 299 años cuando Felipe V, en agradecimiento a la villa por haberle prestado diez caballos en la Guerra de Sucesión, otorgó el privilegio a todos los albaceteños de contar con una Feria. Es una fecha, y como todo gran centenario, ha de ser conmemorado por todos aquellos que son fieles a su cita a caballo entre el verano y el otoño; pero ahí no ha de quedar el progreso: nos preparamos para una gran efeméride, pero la evolución de nuestro evento declarado de Interés Turístico Internacional no debe frenarse el 18 de septiembre de 2009. Ésa es la clave: deberemos recoger la cosecha del III Centenario, analizar nuestra Feria a lo largo de esos tres siglos, siempre pensando en el bien de todos los neoyorquinos de La Mancha.
Feria de todos y para todos. Porque en Albacete no existen las fronteras, todos somos uno y nos juntamos para homenajear a nuestra patrona, la Virgen de los Llanos. Tradición que nunca se perderá, porque de lo bueno nadie se desprende. Somos albaceteños, somos de la Feria. Mayores, niños, gentes de todo el mundo, con cualquier profesión, afición: a todos llama ese recinto ferial, con sus comidas, su capilla, sus navajas, su artesanía, su fiesta, sus atracciones de color... Qué deciros, lectores: si ya habéis pertenecido a este mestizaje cultural, lo sabréis, quizá mucho mejor que el que escribe; y, por lo contrario, si aun no conocéis este evento, dejad de leer sobre él y, sin dudarlo, venid a él, que la ciudad de Albacete os acogerá con los brazos abiertos.