viernes, 10 de septiembre de 2010

LISBOA

Llegó la parte ibérica de esta Ruta Quetzal BBVA y fue muy intensa. Aparte de Lisboa, en la que nos centraremos más adelante, destacaré lo siguiente: visita al ESAC (Centro Europeo de Astronomía Espacial), paseo en bicicleta por la Castellana y la Gran Vía, celebración del Mundial en El Burgo de Osma, caminata por la Garganta de los Infiernos, vivac en la Playa de Bolonia (se veían las luces de Tánger, al otro lado del estrecho), aventura en el Galicia (barco de la Armada) y entrada a Santiago de Compostela caminando desde Padrón.
Destaco Lisboa, porque me gustó, descubrí una ciudad muy interesante con unos rincones preciosos. La aventura portuguesa comenzaba con una gran comida: el godicio consiste en clavar la carne en unos sables, ponerlos sobre el plato y entonces cortarlo. Comida abundante y muy buenos momentos junto a grandes amigos. Una gran tarde.
Amanecía un nuevo día con la ilusión de conocer Lisboa. Me sorprendió el Tajo, río muy conocido, pues es realmente inmenso un río que en Toledo es importante, pero del que parecería imposible encontrarse con una desembocadura así. No me puedo olvidar del castillo de San Jorge, mi patrón, desde el que se pudieron observar unas preciosas vistas de la capital lusa. Y, al llegar a la plaza del ayuntamiento, entre fado y fado por el camino que complementaban la alegre arquitectura lisboeta, un gran encuentro: mi gran amiga Jorge, compañera de la ruta 2009, estaba aguardando a los ruteros. Una gran sorpresa.
Para concluir este magnífico día, una visita al incomparable Monasterio de los Jerónimos (parada obligatoria, de gran belleza arquitectónica), Torre de Belem y Monumento a los Conquistadores. Quizá, además de por ser tan bonita, por su íntima relación con la aventura de conocer nuevos lugares me pareció tan mágica esta ciudad.
Para concluir tan especial jornada, embarque en el barco Galicia, disfrutando de una incomparable puesta de sol navegando por el Tajo.

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