miércoles, 23 de febrero de 2011

Nuestro parque

Hoy cumples cien años, cargados de cientos de historias que han sucedido entre tus árboles, por tus paseos y junto a tus fuentes. Corazones gemelos que se han mirado por primera vez a los ojos, niños soñando, imaginando, llenando de vida sus juegos, asiduos lectores a la prensa diaria en tus bancos o atletas preparándose para las más complicadas pruebas. Has sido testigo de todo esto y mucho más, convirtiéndote en un auténtico símbolo de Albacete.
Desde pequeño, ya albergabas mis cientos de ilusiones, cuando por la mañana iba al colegio, situado en tu corazón. Era un auténtico privilegio salir en cada recreo al parque, mejor que al patio, a correr, jugar, compartir y disfrutar rodeados de este gran tesoro de nuestra ciudad.
Hoy en día sigues siendo habitual compañero de camino, más bien de carreras, pues salir a entrenar al parque es uno de los grandes placeres que pueden vivirse en nuestra tierra. Te encuentras con la gente, sientes la naturaleza cercana a ti; y mucho más cuando acaba de llover, con la tierra mojada, a veces con barro, y ese característico olor de las tardes lluviosas.
Pasear también es uno de los grandes privilegios que nos brinda nuestro céntrico vergel, con ese trinar de los pájaros, la frescura de las fuentes, la alegría de los más pequeños de la casa, revoloteando por todas partes y la vida de la ciudad concentrada en este lugar.
Albergas un tesoro de geocaching, esa divertida práctica de GPS (ver entrada Geocaching), acogiste a nuestro gran representante en "la roja", Andrés Iniesta, para celebrar la consecución del Mundial, eres testigo en primer plano de la salida de todas y cada una de las cabalgatas de apertura de nuestra Feria, y disfrutas con los acordes de las bandas de la provincia en tu templete, en los meses de verano; pero más allá de actos o hechos que puedan ser, en cierta medida, relevantes, todos y cada uno de los albaceteños guardamos una pequeña historia, acompañada de muy bonitos recuerdos, relacionada contigo.
Eres un lugar para el descanso, la reflexión, el deporte, la amistad, la música y la vida en general, y por eso te llevamos en nuestro corazón. Ojalá que tú, Parque de Abelardo Sánchez, vivas muchos más centenarios.

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